Internet y su huella de carbono invisible

Internet y su huella de carbono invisible

Te parecerá increíble, pero Internet emite la misma cantidad de gases de efecto invernadero que toda la industria de la aviación. Te explicamos cómo es posible y qué puedes hacer al respecto.

Para que te hagas una idea, te damos algunas cifras. Si internet fuera un país, sería el 7º en volumen de emisiones después de China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón y Alemania. Esto representa aproximadamente un 2% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero en todo el planeta.

Cómo se llegan a producir es fácil de explicar. Internet necesita de una gran cantidad de energía (la mayoría generada en centrales eléctricas de carbón). ¿De dónde sale tanta demanda? Por un lado, de los ordenadores que las grandes empresas deben mantener funcionando las 24 horas. Además, para prevenir su sobrecalentamiento, están en constante enfriamiento con sistemas de aire acondicionado, también durante todo el día.

Todo ello, sin contar los materiales necesarios para construir estos superordenadores que almacenan toda la información disponible en internet una lista de Spotify, los favoritos de tu cuenta de Netflix o unas fotos guardadas en la nube, todo forma parte de esta cantidad ingente de datos almacenados.

Mientras ha surgido el movimiento flyskgam (vergüenza a volar en sueco), el modelo energético en el que se sustenta internet no ha llegado a cuestionarse de la misma forma. Y, no nos vamos a engañar, estamos contándote esto a través de un blog. ¿Qué podemos hacer para reducir nuestra propia huella de carbono al usar internet? Te dejamos algunas ideas, no todas tienen que funcionar para ti:

1. Espera, lo busco en Google. Si es algo que puedes esforzarte en recordar, inténtalo. Las consultas en motores de búsqueda equivalen a las emisiones de 1000 coches.

2. ¿Todavía usas la cuenta peke13_24@hotmail.com? Seguramente no. Es hora de eliminar esas cuentas que ya no usas. De esta forma, se dejarán de enviar muchos correos que nunca vas a leer y los ordenadores no tendrán que usar energía para conservar los datos que tienes almacenados allí.

3. Evita mandar correos innecesarios. “Perdón, olvidé el adjunto”, es uno de los correos más habituales que podrían evitarse. Si eres olvidadizo, seguro que puedes contribuir evitando correos que solo contienen un guiño o un “ok”.

4. Transforma tus búsquedas en algo mejor. El buscador Ecosia planta un árbol por cada búsqueda que realices en su página. Es una buena forma de revertir la deforestación y seguir alimentando el pulmón del planeta mientras sales de dudas.

5. Elige lo que menos consuma. Si quieres escuchar una canción, consumirás menos energía si recurres a apps de audio como Spotify en vez de a servicios de vídeo como YouTube. Bueno para el planeta y para tu plan de gigas.

6. Cierra esas pestañas que no estás usando. A veces se nos olvida, pero podemos pasar una mañana entera con alguna pestaña abierta que no usamos desde las 10 am. Si las cierras, tanto el ordenador como tu navegador consumirán menos energía.

7. Date de baja de esa newsletter. ¿Cuándo fue la última vez que la abriste? Si realmente no te interesa esa información es útil para ti, que no tendrás que perder tiempo borrando correos, y para la reducción de emisiones.

8. Desconecta. Es difícil, lo sabemos. Pero en vez de seguir haciendo scroll en Instagram puedes salir a dar un paseo. Mucho mejor en primera persona, ¿no crees?

9. ¿Necesitas de verdad cambiarte el móvil? A veces aguantamos hasta que nuestro teléfono dice basta, pero otras nos avanzamos un poco porque nos cansa tener que esperar unos segundos para abrir una aplicación. Siendo responsable con nuestras compras también reducimos el impacto en nuestro planeta.

10. Usa energía renovable. Si no puedes evitar todo lo demás, siempre puedes cambiar tu forma de consumir energía. Únete al cambio de la energía solar y marca la diferencia en la huella de carbono que dejas en el planeta y en tu bolsillo. Pídenos un presupuesto para tus paneles solares y verás que ser responsable medio ambientalmente vale doblemente la pena.