El origen de la energía solar
El astro rey ha estado siempre muy presente en el desarrollo y en el día a día de la humanidad. Aunque es muy complicado definir en qué momento se empezó a aprovechar la energía que el sol nos ofrece, podemos trazar la línea en el antiguo Egipto y en la antigua Grecia. Aparentemente, usaban láminas de plata o de cobre para reflejar la luz del sol y, los romanos, emplearon el cristal para conseguir construcciones “abiertas” que facilitaran la iluminación de los interiores y ayudaran a generar y mantener el calor dentro.
Ya en su mitología, los griegos tenían muy presente el poder del sol, pues dedicaban una deidad a él: Helios. Sorprendentemente, usaron el sol incluso como arma, llamada espejo ustorio. Se trataba de un enorme espejo cóncavo de bronce, que Arquímedes usó en la guerra de Siracusa, que servía para concentrar rayos solares o de un cuerpo de combustión y aprovechar su calor contra la flota romana.
Mucho más adelante, en el siglo XVI, Leonardo da Vinci ideó un mecanismo formado por 6 kilómetros de espejos que nunca se llevó a cabo. Su intención, aprovechar la luz solar para generar vapor y calor en grandes cantidades. Por su parte, Antoine Lavoisier, considerado el padre de la química moderna, construyó un horno solar capaz de fundir todo tipo de metales en el siglo XVIII.
Fue en el siglo XIX cuando apareció el primer enfoque de la energía solar como recurso infinito. Augustin Mouchot, inventor francés, presentó en la Exposición Universal de París en 1878 un receptor solar para solucionar la problemática, en aquel entonces desconocida, de los recursos naturales finitos de combustión como el carbón. En otras palabras: creía que la energía del futuro procedería del sol. Posteriormente, Abel Pifre, ingeniero también francés, usó ese mismo invento para impulsar una máquina de vapor que imprimía periódicos y Clarence Kemp, considerado el padre de la energía solar, patentó el primer calentador de agua caliente. Este recorrido hacia la conquista de la energía solar, lo culminó Frank Schuman, que fundó la primera compañía de energía solar en 1911.
A posteriori, países dependientes del petróleo impulsaron el desarrollo de las tecnologías que han llevado a la energía solar a ser lo que conocemos hoy en día, que se inspiraron en las placas fotovoltaicas desarrolladas por Charles Fritts, quien fue inventor de la primera célula fotoeléctrica del mundo en 1883.
Mouchot no se equivocaba cuando decía que la energía solar era el futuro. Ahora, en el presente, es una de las mejores alternativas para el autoconsumo sostenible. Ya te contamos todo sobre nuestros paneles fotovoltaicos pero, si todavía tienes dudas, ponte en contacto con nosotros y te informaremos hasta el último detalle.